Verena Fuentes B.

Bióloga Marina UJTL, Esp. Estadística Aplicada Uninorte.

Gerente Acuacultivos El Guájaro

La piscicultura es una actividad que involucra el conocimiento científico acerca de la especie o especies que estamos cultivando, de la química del agua, del tema sanitario. Además, se requiere conocer la normatividad vigente, el manejo comercial y toda una serie de temas especializados para garantizar el éxito del cultivo. Sin embargo, después de varias décadas dedicadas a la acuacultura, creo que la base de ese éxito es HACER LA TAREA. Como todas las actividades agropecuarias, tenemos un socio impredecible e inmanejable que es la naturaleza. Los parámetros ambientales tales como lluvias, nubosidad, temperatura, salinidad e inclusive características de las poblaciones de microalgas, son muy difíciles de manejar en los sistemas de producción abiertos. Por esta razón hay que concentrarse en lo que podemos controlar:

• Tiempo de secado de las piscinas.

• Desinfección adecuada.

• Transporte y manipulación de los peces.

• Sistema de filtración adecuado.

• Recambios en proporción a la biomasa.

• Seguimiento de los parámetros diarios (especialmente oxígenos) para predecir posibles situaciones criticas.

• Cálculo riguroso de las raciones a suministrar basados en muestreos semanales e índices de consumo.

• Suministro de la proteína correspondiente a la talla de los peces.

• Aireación (en caso de contar con ella), que opere justamente cuando se requiere, para no incurrir en sobrecostos.

Para mí es sorprendente que técnicos con muchos años de experiencia hagan traslados descuidados en donde sometan a los peces a tiempos excesivos por fuera del agua, con la premisa de que los peces resisten. Claro que resisten, pero eso le genera estrés y lo hace susceptible a enfermedades. Siempre hago la analogía con el chiste que dice: Si tu mujer te es infiel y te dan ganas de tirarte de un cuarto piso, recuerda que tienes cachos, no alas. Los peces y los camarones tienen branquias, no pulmones y solo respiran oxígeno bajo el agua.

También es frecuente que excedan la cantidad de peces por canastilla o en los encierros. Todos estos son desencadenantes de estrés que se traducen en deterioro del sistema inmunológico.

También es común las quejas por mala reversión en los cultivos de Tilapia porque aparece reproducción en los estanques de engorde. Pero al revisar las condiciones, se encuentran filtros de entrada roto o con mallas inadecuadas. Esto se convierte obviamente en la puerta de entrada de peces sin reversar que terminan reproduciéndose en los estanques. 

Son muchos los ejemplos de errores de manejo que conducen a malos resultados productivos. Por ello, insisto nuevamente: HAY QUE HACER LA TAREA.

Suscríbete a nuestro boletín

Mantente informado de todas las novedades, proyectos y actividades...